Se llama como «La Divina», como si los padres hubieran presentido, al elegir el nombre, que se convertiría en leyenda y, al igual que la mítica belleza, nos viene de Suecia. Pero lejos de ser misteriosa y evanescente, se ha plantado delante de los poderosos, desde la convicción de sus dieciséis años, y los ha increpado: ¿qué están esperando para actuar? ¿Qué puede ser más importante que preservar la vida sobre la Tierra? ¿Por qué, si aún estamos a tiempo y tenemos los medios de contrarrestar los efectos del cambio climático, no estamos haciendo todos los esfuerzos necesarios? Verla ahí, de pie, los ojos claros ligeramente rasgados, las largas trenzas de niña, expresando lo evidente, con un ligero temblor en la voz pero sin titubear, me pone la piel de gallina. “The rules have to be changed,” dice con la naturalidad de quien ha reflexionado largamente sobre el tema. Si las reglas que nos han regido hasta ahora nos han conducido al calentamiento global y a la mayor extinción de espe
El 1% nos está matando -abiertamente- para apoderarse de lo que quede del planeta mientras una buena parte del 99% no solo no se rebela sino que los adula y los aplaude. Yo no. YO RESISTO.